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Foto del escritorDiego Martínez Celis

Hallazgo y pérdida del “Varón del Sol”. Un palimpsesto rupestre

Actualizado: 14 jun

Exactamente 100 años después de haber sido documentada por primera vez, la pintura rupestre símbolo del municipio de Soacha, conocida como el “Varón del Sol”, fue agresivamente alterada mediante la aplicación de una gruesa capa de pintura de esmalte negro y rojo. En este artículo se reseñan las transcripciones realizadas en investigaciones que durante un siglo dieron cuenta de este Sitio con Arte Rupestre (SAR) y que, ante su eventual destrucción, podrían ser los únicos documentos que nos permitan hoy tener una aproximación a su aspecto y características formales. Del mismo modo, se presenta un análisis de las diferentes capas pictóricas presentes en el mural principal, que sumando esta reciente alteración, hacen posible interpretar el sitio como un palimpsesto rupestre.

En 1924, el ingeniero bogotano Miguel Triana, elaboró un álbum de dibujos con transcripciones de decenas de pinturas rupestres del altiplano cundiboyacense que denominó “El Jeroglífico Chibcha”, con la intención de presentarlo en el Tercer Congreso Científico Panamericano que se realizaría en la ciudad de Lima (Perú) a finales del mismo año. En la séptima de sus 59 planchas, Triana transcribe una serie de pinturas de carácter geométrico abstracto que refiere como inscritas en las “Piedras de ‘El Vínculo’, Soacha”, entre las que resalta una de aspecto zoomorfo que, sin mayores explicaciones, interpreta como “El dios Suacha mirando al Valle de Fusungá”. Se trata de un motivo rupestre que parece representar un ave con sus alas abiertas (compuesta de 5 líneas cada una) y con plumas o un tocado radial en su cabeza conformado por 13 líneas. En su rostro, además de los ojos y lo que sería su pico, se esbozan algunas líneas de expresión (Fig. 1).

Fig. 1. Plancha VII del “Jerogífico Chibcha”. Miguel Triana, 1924 [1972].


Para comprender el contexto desde el que Triana interpreta esta figura como “El dios Suacha”, hay que remitirse a su obra anterior titulada “La Civilización Chicha” (1922), en la que comenta, a propósito de la toponimia o significado de los nombres de los lugares del antiguo territorio chibcha, que “En Soacha debió de existir [un] templo consagrado al Sol, según lo indica este expresivo nombre, que significa sexo de esta divinidad, como quien dice ‘dios varón’”. Mas adelante, al hacer referencia a los lugares donde aparecen las “piedras pintadas”, anota que en la región del Tequendama “está el pueblo de Soacha, cuyo nombre está formado por las palabras sua, sol; y cha, varón”.


Al parecer, fue Triana el primer autor que propuso una interpretación para el topónimo muisca Suacha, y es a partir de su obra que se ha asumido popularmente que este significaría “Varón del Sol”; aunque no corresponde exactamente con lo que propuso este pionero de la investigación del arte rupestre, ni con lo que se conoce a partir de la revisión de crónicas o fuentes lingüístico misioneras de los siglos XVI al XVIII, en las que son muy pocos los topónimos cuyo significado se hayan traducido al español, y en ninguna se hace referencia a Suacha.


Lo que se podría deducir con base en lo anterior, es que Miguel Triana, quien en sus correrías por el territorio muisca habría sido el primer investigador en hallar y transcribir esta pintura, también le adjudicó un significado “mitológico”, al interpretarlo como la representación del “dios Suacha”, es decir el Sol en su condición de deidad masculina o “varón”.


Más de 40 años después, el investigador de arte rupestre Wenceslao Cabrera Ortíz (1968) [1969] registra 13 zonas con pictografías en el departamento de Cundinamarca, y entre ellas reseña 4 sectores del actual municipio de Soacha (El Vínculo, La Poma, Tequendama y Canoas), en dónde transcribe diferentes símbolos que, en algunos casos, por no haber podido confirmar en campo, reproduce de Miguel Triana con algunas variantes. Al respecto de la piedra del “Varón del Sol”, que busca infructuosamente en la hacienda El Vinculo de propiedad de los señores Mier, y que denomina Cu-SHA-1, comenta que “La piedra [...] fue ‘volada’ [destruida], según la información que recibimos en el terreno”. Sobre su transcripción en la Lámina 24 de su artículo (Fig. 2) anota que:


“fue copiada inicialmente por Triana y presenta una figura totalmente extraña, casi diríamos excepcional, no solo por su forma, y significación, sino que es realmente tosca y hasta grotesca; parece ser la figura de un buho gigante o de un “demonio”.

Fig. 2. Lámina 24 de “Monumentos rupestres de Colombia. Cuaderno primero”. Wenceslao Cabrera, 1968 [1969].


No sería sino hasta el año 2000 que por primera vez se publica una fotografía del “Varón del Sol”, que acompaña también la que sería la primera referencia a su localización, entorno, dimensiones aproximadas y estado de conservación. Se trata del inventario de arte rupestre adelantado por el arqueólogo Álvaro Botiva Contreras, entonces funcionario del Instituto Colombiano de Antropología e Historia - ICANH, quien en las páginas 144 y 145 del libro Arte Rupestre en Cundinamarca. Patrimonio Cultural de la Nación (Botiva, 2000) anota:


“Para fortuna de la ciencia, las dos piedras de El Vínculo aún existen. Paradójicamente, a pesar de las condiciones ambientales sobre las pictografías y del entorno, se encuentran por el momento en buen estado de conservación. Es curioso que tanto Pérez de Barradas [quién también la refirió en 1941, aunque sin visitarla] como Cabrera O. hayan tomado sin ningún cuestionamiento el dibujo de Triana, el cual no es fiel a la realidad. Con excepción de la figura principal y la antropomorfa pequeña, esquematizada, las demás no son de la misma piedra y faltan dos líneas oblicuas que delimitan la figura del Dios Suacha.”

Figs. 3 y 4. Primeras fotografías publicadas del “Varón del Sol” y su emplazamiento. Alvaro Botiva Contreras, 2000.

Es a partir de esta publicación que se empezaron a advertir con mayor precisión las dimensiones y características formales del “Varón del Sol”, y sobre todo que se trataba de un motivo inscrito en una composición que contiene otros elementos pictóricos. Sin embargo, la fotografía se reprodujo en blanco y negro y, aunque se señala que el área pintada media aproximadamente 80 cm x 60 cm, esta se presenta sin escala.


Mediante un nuevo y más preciso abordaje en la investigación, se logró en 2015 contar con una documentación del “Varón del Sol” (y de otros 97 SAR) mucho más completa, la cual quedó consignada en las fichas de registro del “Inventario de Sitios con Arte Rupestre del Municipio de Soacha” (Martínez Celis, et al, 2015), cuyo resultado sirvió de insumo para la actualización del POT y la formulación del primer Plan de Manejo Arqueológico a escala municipal que se ha realizado en el país (López, 2020).

Fig. 5. Fichas de documentación del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”. Martínez Celis et al, 2015.


Como resultado de este trabajo se constató que, en su momento, el “Varón del Sol ” o SAR SOA-FUS-01, como entonces se catalogó y es hoy reconocida oficialmente desde el ICANH, en términos generales se encontraba en buen estado de conservación. Aunque se advirtió que su visibilidad era muy baja debido a la superposición de material particulado, procedente de las explotaciones mineras a cielo abierto en la zona, a esto se sumaba el eventual riesgo que se cernía sobre el sitio debido al avance de la frontera urbana informal que se aproximaba y que podría traer consigo otras afectaciones antrópicas de carácter urbano como el grafiti, o incluso su destrucción física al explotarse las piedras mismas como material de construcción.


Fig. 6. Panorámicas del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”. Al fondo se puede advertir los frentes mineros de la vereda Panamá. Martínez Celis et al, 2015.


Fig. 7. Cara No. 1 del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol” con localización del mural principal. Nótese la baja visibilidad del panel principal. Martínez Celis et al, 2015.

Fig. 8. Fotografía del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”, sin ningún tipo de retoque, lograda mediante la neutralización física de luces y sombras que incidían en su, ya baja, visibilidad. Martínez Celis et al, 2015.

Fig. 8. Fotografía del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”, con retoque mediante filtro LRE de D-Stretch, que ayuda a resaltar los tonos ocre de la pintura rupestre. Martínez Celis et al, 2015.

Fig. 8. Fotografía del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”, con retoque mediante filtro LDS de D-Stretch, que ayuda a resaltar los tonos amarillos y rojos del mural rupestre. Martínez Celis et al, 2015.


Gracias a la aplicación de filtros digitales de resalte de fotografías (D-Stretch), se pudo mejorar la visibilidad de las ya tenues pinturas rupestres indígenas, pero también rescatar otra serie de trazos que se encontraban sobre el mismo panel, y que no habían sido reseñados en investigaciones anteriores. De esta manera se logró advertir, gracias a su disposición estratigráfica vertical, que probablemente hubo al menos tres momentos de inscripción sobre el mural:


• 1. Momento Prehispánico o indígena: correspondiente al motivo zoomorfo conocido como el “Varón del Sol”, que se encuentra enmarcado, como lo advirtió Botiva (2000), por dos trazos verticales desiguales, y de vestigios de otros dispersos y menos definidos.

Fig. 9. Capa 1 o “momento Prehispánico o indígena” del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”. Diego Martínez Celis, 2024.


• 2. Momento colonial o republicano: constituido por la inscripción de una cruz, probablemente mediante rayado con terrón de roca arenisca o similar.

Fig. 10. Capa 2 o “momento colonial o republicano” del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”.  Diego Martínez Celis, 2024


• 3. Momento colonial, republicano o moderno: representado por la inscripción de una serie de líneas delgadas, que mediante rojo ocre en estado sólido, intervienen la pintura indígena insinuando figuras humanas con brazos y piernas abiertas.

Fig. 11. Capa 3 o “momento colonial, republicano o moderno” del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”. Diego Martínez Celis, 2024


En síntesis, se advierte que este sitio ha fungido como una suerte de palimsesto, en el sentido de que ha servido de lienzo para plasmar ideas o mensajes en diferentes momentos que podrían corresponder también con diferentes periodos de la historia de la región. En un primer momento, los grupos indígenas plasmaron con pintura rojo ocre al “Varón del Sol”, junto con otros trazos menos definidos o ya desaparecidos. En un segundo momento, quizás desde la colonia, se plasmó una cruz, que como símbolo del cristianismo, pudo haber pretendido marcar la presencia de la nueva religión o neutralizar el poder o simbolismo indígena que connotaban las “pinturas de los antiguos”. En un tercer momento, quizás ya entrada la colonia, durante la república o hasta hace algunas décadas, se plasmaron con ocre rojo en estado sólido, unos trazos que pretenden integrarse o hacer juego con la composición original indígena. Respecto a estos últimos, desestimamos que se traten de simples grafitis en un sentido urbano moderno, puesto que hemos encontrado muchos casos similares asociados a pinturas rupestres indígenas en diversas zonas del altiplano cundiboyacense, que parecen corresponder a una antigua tradición pictórica de carácter rural y sincrética, que ha sido poco estudiada y caracterizada en el arte rupestre de la región (Martínez Celis, 2013 y Martínez Celis et al, 2015 A, B y C).


Fig. 12. Superposición de las 3 capas o momentos pictóricos del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”. Diego Martínez Celis, 2024


Desafortunadamente para la conservación del “Varón del Sol”, durante el mes de mayo de 2024 a este SAR-palimpsesto se le agregó una nueva, y quizás irreversible, capa pictórica, constituida por pintura negra y roja de esmalte, mediante la cual se taparon completamente las pinturas anteriores, marcando con ello un cuarto momento que podríamos denominar “contemporáneo vandálico”.

Fig. 13. Estado actual del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol” luego de ser vandalizada con pintura negra y roja a comienzos de mayo de 2024. Juana Sánchez, Alcadía de Soacha, 2024.


Fig. 14. Capa 4 o “momento contemporáneo vandálico” del SAR SOA-FUS-01 o piedra del “Varón del Sol”.  Diego Martínez Celis, 2024


Se trató de un acto decididamente vandálico, y de connotaciones iconoclastas, pues a sabiendas de que representaba un símbolo de identidad municipal, su alteración buscó provocar dolor e indignación entre la población local. El hecho ha sido suficientemente divulgado a través de múltiples medios de comunicación a escala nacional y ha obligado a la Alcaldía de Soacha, así como al ICANH, al Ministerio de Cultura o al Instituto de Cultura y Turismo de Cundinamarca-IDECUT, pero sobre todo a las comunidades locales, a pronunciarse, a comprenderlo y a buscar soluciones para evitar que se siga presentando, en este o en cualquier otro territorio del país.


Los Sitios con Arte Rupestre están reconocidos en Colombia como Bienes de Interés Cultural, elementos del patrimonio cultural y arqueológico que constituyen poderosos hitos de memoria e identidad para las comunidades locales. A pesar de estar realizados sobre piedra, son sumamente frágiles y por tanto requieren ser protegidos y conservados a través de estrategias y acciones que, desde diferentes ámbitos (normativo, institucional, académico, comunitario, etc.), logren incidir, no solo en la conservación de su materialidad, sino en la protección de su entorno y en la continua construcción de su significación cultural, valoración y apropiación social (Martínez Celis, 2015 D).


Pero a pesar de todo, el “Varón del Sol” sigue allí. Es probable que la pintura de esmalte con que se intentó ocultar se logre borrar naturalmente dentro de varios años (o quizás décadas) al permanecer sometida a la intemperie, o que logre ser rescatado mediante la aplicación de sofisticadas, pero muy costosas, técnicas de restauración. Los cierto es que, mientras tanto, su imagen sigue presente en el imaginario y el corazón de los soachunos, que han hecho de esta singular pintura rupestre un entrañable símbolo de identidad, e incluso de resistencia ante los embates de un modelo de desarrollo que a diario altera y pone en riesgo el valor más profundo que encarna este tipo de patrimonio: la vinculación ancestral y afectiva con el territorio que se habita.


Fig. 15. Múltiples interpretaciones, adaptaciones y apropiaciones del motivo rupestre del “Varón del Sol” en Soacha. 1) Ilustración de Jhon Mahecha y Diego Martínez Celis, 2015. 2) Logotipo de TeleXua S.A. 3) Mascota de Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte de Soacha. 4) Logotipo de SuApp, aplicación de seguridad de Soacha. 5) Aviso del restaurante “La Negra” en Soacha. 6) Campaña de cultura ciudadan en Soacha. 7) Logotipo de Xua Circular, Emprendimiento de reciclaje en Soacha.

Fig. 16. Brazo tatuado con el motivo el “Varón del Sol”. JDMV, 2020.

Fig. 17. Monumento alegórico del“Varón del Sol”. Parque principal de Soacha. Diego Martínez Celis, 2024


Bibliografía

 

Arguello García, Pedro María. “Historia de la investigación del arte rupestre en Colombia”. En Rupestreweb, http://rupestreweb.info/colombia.html. 2002.

Botiva Contreras, Álvaro. Arte Rupestre en Cundinamarca. Patrimonio Cultural de la Nación. ICANH - Gobernación de Cundinamarca. Fondo Mixto para la promoción de la Cultura, 2000.


Cabrera Ortiz, Wenceslao. “Monumentos rupestres de Colombia (Cuaderno primero: Generalidades, algunos conjuntos pictóricos de Cundinamarca)”. Revista Colombiana de Antropología. 14: 81-167. ICAN, Bogotá, 1969.


López, Anny Catalina. El patrimonio arqueológico de Soacha su plan de manejo y protección. ICANH, 2020.


Martínez Celis, Diego. Inventario participativo y caracterización de sitios con arte rupestre en Sutatausa (Cundinamarca). Una experiencia de apropiación social del patrimonio cultural. En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/inventariorupestresutatausa.html 2013 (2011).


Martínez Celis, Diego; Rodríguez Larrota, Mario; Forero, Gustavo; Botiva Contreras, Alvaro; Moreno, Andrés; Correal, Angélica; Perilla, Germán; Zapata, Camilo y Zabala, Paola. Inventario participativo de sitios con arte rupestre del municipio de Tenjo. Fundación Erigaie. Alcaldía de Tenjo, IDECUT, 2015 (A). https://openarchive.icomos.org/id/eprint/1667/


Martínez Celis, Diego; Fique, Salomon; Rodríguez Larrota, Mario y Mendoza Lafaurie, Sandra. Inventario de sitios con arte rupestre del municipio de Bojacá, Cundinamarca (Colombia). Fundación Erigaie, Alcaldía de Bojacá, IDECUT, 2015 (B). https://openarchive.icomos.org/id/eprint/1571/


Martínez Celis, Diego; Rodriguez Larrota, Mario; Herrera Alarcón, Everardo; Barbosa, Henry; Mahecha, Jhon; Quintero, Lady; Jimenez, Juliana; Jimenez, Emmanuela; Díaz, Alexander; Serrato, Jorge; Guerrero, Oscar; Peñaloza, Jin; Calvo, Edwin; Junco, Janeth y Zuñiga, Aura. Reconocimiento, documentación, registro y divulgación de sitios con arte rupestre del Municipio de Soacha. Fundación Erigaie, Alcaldía de Soacha, IDECUT, 2015 (C) https://openarchive.icomos.org/id/eprint/1704/


Martínez Celis, Diego. Lineamientos para la gestión patrimonial de sitios con arte rupestre en colombia –Como insumo para su apropiación social–. Ministerio de Cultura, 2015 (D). https://openarchive.icomos.org/id/eprint/1560/


Triana, Miguel. La civilización Chibcha. Biblioteca del Banco Popular Tomo 4. Banco Popular Bogotá. 1984 [1922].


Triana, Miguel. El jeroglífico Chibcha. Carvajal & Compañía: Cali, 1972 [1924].

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1 Comment


Marco Antonio Ospina Ruiz
Marco Antonio Ospina Ruiz
Jun 12

Diego. Primero felicitaciones por la forma tan profesional como abordaste este tema de la destrucción de la pictografia, no es sencillo pues es algo emotivo ver como en un instante siglos de historia son destrozados, tu relato y análisis de lo sucedido no es un pasquín y busca documentar una realidad cotidiana de muchos sitios con arte rupestre en colombia, desestimados y menospreciado, segundo, esta historia nos lleva a apreciar aún más las investigaciones de los pioneros de la antropología y arqueología en colombia, sin sus dibujos, fotos, informes y demás, no sabríamos nada de muchos sitios que han sido vandalisados, sus aportes deben ser siempre respetados y conocidos por las generaciones de antropologos y arqueólogos por venir, tercero, tu…

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